Su labor como cuidadora en algunos momentos le puede provocar una respuesta de estrés. Le indicamos algunos de los aspectos que usted debe observar atentamente, ya que son señales que su cuerpo le envía en respuesta a situaciones que usted esta viviendo con dificultad. Estas señales son importantes identificarlas a tiempo para poder aprender a relajarse y reducir la ansiedad.
Algunas de las señales que usted puede observar son:
- Respiro muy fuerte
- Noto palpitaciones en el corazón
- Siento tensión en el cuerpo, especialmente en el brazo, espalda, hombros
- Tengo dolores de cabeza o jaquecas
- Siento dolores en el estómago
- Sudor del cuerpo
- Siento tensión en la garganta
- Suspiro con frecuencia
- Siento y actúo de manera triste y sin energía
- Tengo frecuentes problemas con quienes me rodean
- Muchas veces me siento culpable
- Vivo el cuidado como una gran carga emocional
- Tengo problemas para dormir: me despierto muy temprano o me cuesta conciliar el sueño.
- Noto cambios de hábitos en las comidas: ha perdido el apetito o come demasiado y/o demasiado deprisa
- Siente nervios y una profunda inquietud
- Se siento cansada o abrumada por los acontecimientos
Si usted identifica dos o más señales podría preguntarse cual es en este momento la situación que le preocupa y que pensamientos automáticos aparecen en su mente. En ocasiones los pensamientos surgen de forma espontánea y son tan rápidos que apenas somos conscientes que los tenemos. Lo importante es identificarlos para poder diferenciar entre aquellos que nos provocan emociones positivas y nos hacen sentir bien, y los pensamientos que nos provocan ansiedad y estrés. Los que nos hacen sentir mal hemos de cambiarlos por pensamientos positivos de forma consciente, preguntándonos que es lo que ha pasado por mi cabeza antes de sentirme de esta forma. Cuando ha identificado el pensamiento automático que le ha provocado esta situación desagradable es mejor tomar distancia respecto a esto, y pararse a pensar si tiene o no relación con la realidad actual del proceso de cuidar. En el siguiente gráfico le indicamos alguna de las preguntas que usted podría hacerse con el objetivo de identificar la causa de su malestar.
SITUACION ¿Qué ha pasado? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién estaba presente? |
PENSAMIENTO ¿Qué estaba pasando por mi cabeza, justo antes de sentirme así? ¿Qué pensamientos he tenido en esta situación? |
EMOCIÓN ¿Qué sientes? ¿Con qué Intensidad? |
Responder sinceramente a estas preguntas le permitirá reconocer en usted la manera como algunos de sus pensamientos automáticos a veces le producen emociones negativas y estrés. Aprender a reconocerlos es el primer paso para cambiarlos por pensamientos más realistas y menos nocivos para su salud física y emocional. Recuerde siempre que como dice Robin Sharma: la risa y el buen humor es el camino más corto entre dos personas y que pocas cosas hay tan serias que no merezcan su sonrisa. Bibliografía Losada Baltar A, Peña Puente C, Márquez Gonzalez M, Cigarán Méndez M. Cuidar Cuidándose: Evaluación e Intervención Interdisciplinar con cuidadores familiares de personas con demencia. Madrid: Ediciones Encuentro S.A; 2007.